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El trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH), generalmente conocido como trasplante de médula ósea y, concretamente, el trasplante alogénico (de un donante), es el único tratamiento curativo para muchos pacientes con cáncer hematológico. Sin embargo, y a pesar de la mejoría en la supervivencia, desafortunadamente, este tratamiento puede fracasar debido a una recaída de la enfermedad o a complicaciones relacionadas con el procedimiento,2siendo la causa más frecuente de morbimortalidad a largo plazo la enfermedad de injerto contra receptor (EICR), producida por el efecto citotóxico de los linfocitos del donante frente a órganos y tejidos sanos del receptor. De esto se ha hablado en la rueda de prensa celebrada hoy con motivo de la Reunión Anual del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular (GETH-TC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

Nota de prensa

Foto de la rueda de prensa

(De izq. a dcha., José Luis Piñana, Anna Sureda, José Antonio Pérez Simón, Lucía López Corral y Raquel Alonso).