Page 27 - AVANCES EN CANCER HEMATOLOGICO 2023
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CALIDAD DE VIDA
TRATAMIENTO El MM es una de las enfermedades neoplásicas en las que más avances terapéuticos ha
habido en los últimos años, con más de 15 fármacos nuevos aprobados en este siglo. Actual-
mente, el tratamiento de esta enfermedad se basa en tres grupos de fármacos: los inhibido-
res del proteasoma (bortezomib, carfilzomib e ixazomib), los fármacos inmunomoduladores
o IMiDs (talidomida, lenalidomida y pomalidomida) y los anticuerpos monoclonales anti-CD38
(daratumumab e isatuximab).
En estos momentos, se están aprobando nuevas estrategias, fundamentalmente, basadas
en la inmunoterapia (reactivar el sistema inmune del propio paciente para que luche frente
al tumor), que están revolucionando el tratamiento de estos pacientes y que se están in-
corporando, o se incorporarán progresivamente, al armamento terapéutico. Dentro de estas,
destacan los anticuerpos biespecíficos o las células CAR-T, dirigidos, fundamentalmente, a la
diana BCMA (antígeno de maduración de las células B).
En el momento del diagnóstico, es clave definir si el paciente es candidato (por edad, ge-
neralmente, hasta los 70 o 75 años, y por otras enfermedades asociadas) a recibir un tras-
plante autólogo de médula ósea. Si lo es, el tratamiento consiste en recibir 4-6 ciclos de una
inducción basada en los tres grupos de fármacos mencionados previamente, seguido del
trasplante con el uso de melfalán a altas dosis y, después, un mantenimiento continuo. Si el
paciente no es candidato a recibir un trasplante, el tratamiento se basa, habitualmente, en
los mismos fármacos administrados de forma continua hasta la progresión de la enferme-
dad. Con estas estrategias, un elevado porcentaje de pacientes responde a los tratamientos
y se alcanzan supervivencias libres de progresión de, en torno, a 6 años de mediana. En el
momento de la recaída, se utilizan combinaciones diferentes a las utilizadas y, cada vez más
están llegando fármacos con nuevos mecanismos de acción.
El MM ocasiona fracturas óseas y es frecuente que los pacientes acudan con cansancio y,
muchas veces, con dolores óseos. Esto tiene un impacto muy claro en su calidad de vida,
aunque la disponibilidad de tratamientos cada vez más eficaces, con altas tasas de res-
puesta, la ha mejorado de forma muy importante en los últimos años. Por otra parte, es
importante tener en cuenta las medidas de soporte, como los tratamientos analgésicos
(incluyendo derivados opioides), y otras técnicas, como la vertebroplastia o la radioterapia,
para actuar sobre las lesiones óseas y mejorar el dolor.
En estos momentos,
se están aprobando
nuevas estrategias,
fundamentalmente,
basadas en la
inmunoterapia
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