Page 45 - AVANCES EN CANCER HEMATOLOGICO 2023
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CALIDAD DE VIDA
TRATAMIENTO
Salvo en las fases de tratamiento activo, la calidad de vida de los pacientes con linfomas
indolentes es buena, sin grandes diferencias respecto a la población general.
En otros tipos de linfoma, los estudios comparativos entre terapia CAR-T y quimioterapia
estándar demuestran una mejor calidad de vida con las opciones sin quimioterapia y una
recuperación más rápida de los niveles basales. Esto indica que, en los linfomas indolentes,
es previsible que la progresiva incorporación de la inmunoterapia mejore el pronóstico de los
pacientes manteniendo, en la gran mayoría de los casos, una buena calidad de vida.
Los pacientes asintomáticos y con baja “carga” tumoral pueden ser vigilados sin tratamien-
to, ya que pueden permanecer estables durante muchos años y no se ha demostrado que
un tratamiento precoz mejore su supervivencia. Cuando es necesario iniciar el tratamiento,
este se basa, generalmente, en inmuno-quimioterapia, es decir, la combinación de quimio-
terapia con anticuerpos monoclonales, habitualmente rituximab, con la que se obtienen
remisiones prolongadas en la mayor parte de los casos.
No obstante, la gran mayoría de los pacientes presentará recaída del linfoma y muchos de
ellos necesitarán varias líneas de tratamiento a lo largo del curso de su enfermedad. En
este contexto, existe la posibilidad de administrar de nuevo inmunoquimioterapia e, incluso,
realizar un trasplante de progenitores hematopoyéticos.
Sin embargo, estas opciones basadas en quimioterapia van quedando relegadas ante los
buenos resultados mostrados por nuevos fármacos como los inmunomuduladores (lenalido-
mida), moléculas pequeñas con efecto diana (idelalisib en el linfoma folicular y zanubrutinib
en los linfomas marginales), anticuerpos biespecíficos (mosunetuzumab) y terapia CAR-T
(tisa-cel y axi-cel).
Todos los agentes citados están aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA),
aunque con variable disponibilidad y situación administrativa en España, y presentan un
balance entre eficacia y toxicidad claramente positivo, lo que nos induce a pensar que, en un
futuro muy próximo, podremos controlar los linfomas indolentes a largo plazo sin la necesi-
dad de administrar quimioterapia.
En los linfomas
indolentes, es previsible
que la progresiva
incorporación de la
inmunoterapia mejore
el pronóstico de los
pacientes
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