La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) se suma al Día Mundial del Déficit de Hierro, que se conmemora cada 26 de noviembre, para concienciar sobre la importancia de este mineral y su impacto en la salud global. El hierro es un elemento esencial en el cuerpo humano, cuya cantidad total oscila entre 3 y 4 gramos, apenas más que un grano de arroz. La mayor parte de este hierro se encuentra en los glóbulos rojos de la sangre, donde desempeña un papel clave en el transporte de oxígeno. Por ello, su déficit puede desencadenar anemia ferropénica, una de las afecciones de salud más prevalentes en el mundo.
Según el estudio Global Burden of Diseases 2021, publicado en septiembre de 2023, la anemia afecta al 6% de la población en España, siendo el déficit de hierro su principal causa en ambos sexos. Sin embargo, la anemia representa el estadio más avanzado del déficit de hierro; niveles bajos de este mineral también pueden estar asociados con manifestaciones clínicas incluso en ausencia de anemia.
El déficit de hierro y la anemia ferropénica afectan de manera especial a las mujeres en edad fértil, debido a la pérdida recurrente de hierro durante la menstruación. Las recomendaciones de la Asociación Europea de Hematología (EHA en sus siglas inglesas), publicadas en 2024, sugieren la realización de estudios preventivos o cribados en este grupo, especialmente en mujeres con sangrado menstrual abundante o aquellas que planean un embarazo, ya que sus necesidades de hierro aumentan significativamente.
Entre los síntomas de la anemia ferropénica destacan: cansancio crónico, somnolencia, menor rendimiento cognitivo, caída del cabello, palpitaciones, palidez, y otros más específicos como la pica, un deseo compulsivo por ingerir sustancias no nutritivas, siendo el hielo la más común. Además, el síndrome de piernas inquietas, caracterizado por la necesidad de mover las piernas en reposo, también se ha vinculado a niveles bajos de hierro en el sistema nervioso central.
La SEHH subraya la importancia de consultar a un médico ante estos síntomas y recuerda que ni la dieta ni los complementos multivitamínicos deben sustituir a un diagnóstico adecuado y un tratamiento específico.
En la última década, el tratamiento del déficit de hierro ha experimentado avances significativos. Estudios recientes han demostrado que dosis altas de hierro oral reducen su absorción neta y aumentan los efectos adversos gastrointestinales. Hoy en día, se recomienda un único comprimido al día o en días alternos para optimizar la absorción y minimizar molestias. En casos más graves, puede recurrirse al tratamiento con hierro intravenoso, que permite administrar grandes cantidades en una sola sesión, aunque no está exento de riesgos.
Con iniciativas como esta, la SEHH busca promover el conocimiento sobre el déficit de hierro y destacar la necesidad de medidas preventivas y tratamientos basados en evidencia científica.