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El linfoma de células grandes es la forma más frecuente de linfoma y paradigma del linfoma agresivo. El Dr. Armando Lo?pez Guillermo, del Hospital Cli?nic de Barcelona, efectúa hoy una puesta al día de la biología, el diagnóstico y el pronóstico de los pacientes.

En el marco de la XXXIV Lección Conmemorativa Antonio Raichs, el Dr. Armando Lo?pez Guillermo va a hacer una revisión de los aspectos fundamentales del linfoma difuso de células grandes, aportando su visión de futuro y resaltando las contribuciones en este ámbito de la Hematología española y, en concreto, del grupo español de linfomas (GELTAMO) y, en especial, de la experiencia acumulada en los últimos años en el  Hospital Cli?nic de Barcelona. Según este experto, “ser seleccionado para dar esta Lección es, probablemente, el mayor honor que la SEHH te puede hacer como reconocimiento a una trayectoria científica”.

Situación actual

La evolución epidemiológica que ha seguido en los últimos años el linfoma difuso de células grandes invita a la reflexión y a cierta preocupación. Los datos disponibles, sobre todo de EE.UU., indican que ha habido un incremento de la incidencia en las últimas décadas. Afortunadamente, indica el Dr. López Guillermo, “también ha habido una mejoría terapéutica notable”.

En el caso de España, no se advierten diferencias sustanciales respecto a otros países occidentales en cuanto a la epidemiología y el tratamiento convencional de este tipo de linfoma. “Quizás destacar, como aspecto diferencial, que a veces los tratamientos nuevos aprobados por la autoridad europea tardan demasiado tiempo en ser aplicados con normalidad en España”, denuncia el ponente, quien expresa la necesidad de que “existan controles, y la autoridad española ha de decidir qué financia y qué no; pero, sin duda, debe mejorar el proceso”.

Avances diagnósticos

Desde la perspectiva del diagnóstico, está siendo clave el considerable aumento del conocimiento biológico de esta enfermedad que se ha producido en los últimos años. En este sentido, opina el Dr. López Guillermo, “la ‘Next Generation Sequencing’ ha supuesto una revolución en ese conocimiento”. De todos modos, continúa detallando este experto, “la aplicación de toda la información nueva en el diagnóstico del día a día es todavía bastante limitada. Esencialmente, el diagnóstico se sigue basando en la morfología y el inmunofenotipo. En cualquier caso, según considera, “conforme se vayan necesitando se irán incorporando otras técnicas”.  

Más cerca de la curación

Los progresos también son evidentes y consistentes a nivel terapéutico, “aunque, por desgracia, todavía no podemos decir que el linfoma de células grandes se cure en su inmensa mayoría”.

Tras la aparición de la inmunoquimioterapia hace 20 años (con la incorporación de un anticuerpo anti-CD20, el rituximab, a la clásica quimioterapia de tipo CHOP), no ha habido grandes avances en la terapia inicial. Hace unos meses se ha evidenciado que un anticuerpo conjugado, el polatuzumab añadido al R-CHOP, disminuye el riesgo de recaída de estos pacientes.

En el tratamiento que necesitan los enfermos que bien no alcanzan una respuesta completa o que recaen (terapia de rescate), sí ha habido importantes novedades. En primer lugar, ya está bien establecida la eficacia de la terapia CAR-T para pacientes que se han sometido a al menos dos líneas previas de tratamiento: “los resultados en estos pacientes, que antes tenían un pronóstico infausto, son muy esperanzadores”, asegura el Dr. López Guillermo. Tal y como apunta el especialista del Hospital Clínic, “este tratamiento, complicado y caro, se ha puesto en marcha y funciona en España como en otros países occidentales. Y es muy posible, vistos los nuevos resultados, que esta terapia se pueda poner ya en segunda línea en pacientes que no alcanzan una respuesta completa o recaen en seguida después del R-CHOP”.

Además, hay otras terapias prometedoras que han sido recientemente aprobadas, gracias a los buenos resultados registrados (tafasitamab, polatuzumab). Y otros fármacos, como los anticuerpos monoclonales biespecíficos, “sugieren un enorme potencial, que tienen que demostrar en ensayos clínicos”.

Todo ello, como concluye el Dr. Armando López Guillermo, “permite ser optimistas. El objetivo es aumentar la tasa de respuestas completas al tratamiento inicial y disminuir las recaídas. Pero, si además tenemos terapias efectivas para las recaídas, tanto mejor. En ello estamos”.