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La terapia celular basada en células de cordón umbilical viene a solventar importantes lagunas en el tratamiento de diversas enfermedades, muchas de las cuales no cuentan con una terapia óptima actualmente. Esta emergente realidad se apoya, necesariamente, en la posibilidad de disponer de bancos de cordón más eficientes y modernos.

Este banco de cordón umbilical del futuro ya empieza a contar con unas bases sólidas, como pondrá de manifiesto el Dr. Sergio Querol, jefe de los Servicios de Terapia Celular y Avanzada del Banc de Sang i Teixits (BST, Barcelona), quien considera que “el Banco de Cordón 2.0 se desarrollará alrededor de dos ejes: la mejora del trasplante de cordón con la disponibilidad de productos personalizados y, más allá del trasplante, el uso de los productos donados como material de partida para medicamentos “off-the-shelf” de terapia avanzada o de sus componentes sanguíneos para nuevas indicaciones de hemoterapia especializada”.

En el marco del simposio sobre trasplante de progenitores hematopoyéticos y terapia celular, que se celebra hoy, se van a repasar los tres aspectos que conforman la terapia celular actual: los donantes de células terapéuticas, el trasplante hematopoyético y las terapias avanzadas.

“Con esa visión de 360º el asistente podrá tener conocimiento de temas controvertidos y de actualidad presentados por ponentes muy expertos”, asegura el Dr. Querol. En concreto, el Dr. Rodrigo Martino, del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), hablará del nuevo enfoque de los trasplantes, una vez que la ciclofosfamida postinfusión se ha consolidado como una gran estrategia de modulación de la aloreactividad; por su parte, la Dra. Mi Kwon, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), disertará sobre la importancia del estado del paciente en los tratamientos CAR. Y Sergio Querol fijará las principales características y líneas de trabajo del banco de cordón del futuro.

Aplicaciones prometedoras

Y es que, a juicio del experto del BST, son muchas las ventajas potenciales que ofrecen las terapias basadas en células o en los componentes de la sangre de cordón umbilical. Por ejemplo, para su uso en transfusión personalizada, “la hipótesis es que la transfusión de hematíes de sangre de cordón, al aportar hemoglobina fetal (la fisiológica en prematuros extremos), contribuiría a disminuir el riesgo de lesiones secundarias al exceso de oxígeno en tejidos sensibles a estas edades, como la retinopatía del prematuro, las displasias broncopulmonares, la enterocolitis necrotizante o necrosis neuronales por estrés oxidativo”.

En cuanto al uso de lisado de plaquetas de sangre de cordón en forma de colirio o gel, que es considerado un medicamento en España, “lo hemos utilizado con éxito para tratar úlceras corneales persistentes o úlceras de pie diabético”, afirma el Dr. Querol.

Sin embargo, el empleo de estos recursos no está exento de problemas. Son productos nuevos que hay primero que validar en el laboratorio y después, a través de ensayos clínicos, escalar hasta llegar al paciente. Con todo, según declara el Dr. Querol, “en estos momentos lo más difícil es encontrar la financiación necesaria para realizar dichos estudios clínicos en el ámbito académico, y así demostrar su seguridad y eficacia en las distintas indicaciones”.

La experiencia del BST

De las experiencias acumuladas con terapia celular basada en células de cordón umbilical, resultan especialmente significativos dos proyectos llevados a cabo en el Banc de Sang i Teixits, de la mano del Programa interterritorial de donación Concordia y alineados con los objetivos del nuevo Plan Nacional de Sangre de Cordón Umbilical.

Uno de ellos se ha realizado a partir de las unidades ya criopreservadas. “El proyecto IPS·PANIA ha seleccionado unidades de cordón clínicas, procedentes del Plan Nacional de SCU, de los 7 haplotipos más frecuentes en España para crear el primer haplobanco de iPSC de grado clínico. Estas líneas iPSC servirán de material de partida para que los investigadores que lo deseen puedan desarrollar medicamentos de terapia avanzada de aplicación tanto en inmunoterapia (desarrollo de células NK y células T) como en Medicina Regenerativa”, informa el Dr. Querol.

El otro proyecto destacable se ha realizado a partir de las unidades en fresco que no cumplen el criterio de aceptabilidad para su procesamiento con finalidad de trasplante. “Ese banco, que llamamos de Multicomponentes de Sangre de Cordón, permite fraccionar la sangre en glóbulos rojos con posible aplicación en la trasfusión de prematuros extremos, el plasma y las plaquetas para la mejora de la cicatrización en diferentes tejidos”, aclara el experto del BST.

Son solo dos ejemplos, pero la línea de investigación es muy amplia y necesita de la colaboración multidisciplinar. En cualquier caso, el Dr. Querol se muestra “optimista, porque muchas de las indicaciones que hablamos son necesidades médicas no cubiertas y, por tanto, existe la necesidad de nuevas propuestas terapéuticas”. La ventaja, además, es que estos desarrollos se apoyan en la experiencia de más de 30 años de los bancos de cordón, con un uso clínico consolidado que ha demostrado seguridad y eficacia. Por eso, “el banco de cordón es un eje básico para aplicaciones en terapia celular y hemoterapia personalizada”.

Bancos de cordón: razones para redoblar la apuesta

Para el jefe de los Servicios de Terapia Celular y Avanzada del BST, “no cabe duda que los bancos de cordón están muy vigentes y deben seguir trabajando para aportar productos medicinales más seguros y eficaces”.  El trasplante de sangre de cordón es una alternativa válida para pacientes sin donantes familiares compatibles, y en algunas indicaciones ha reportado los mejores resultados clínicos (como, por ejemplo, en el tratamiento de algunas enfermedades pediátricas congénitas o para evitar las recaídas en leucemias agudas de mal pronóstico).

Sin embargo, tal y como aconseja, “se debe hacer lo máximo con las donaciones, tanto las que no se procesan para trasplante (debido a los altos criterios celulares exigidos) como aquellas destinadas al inventario ‘durmiente’ que hay en los bancos, perfectamente caracterizado y que se puede convertir en material de partida para las terapias avanzadas”.