Page 3 - Boletin SEHH Marzo - Abril 2020
P. 3

  editorial
Junta Directiva
Presidente
Ramón García Sanz
Vicepresidenta primera
Ángela Figuera Álvarez
Vicepresidente segundo
Pascual Marco Vera
Secretario general
José Tomás Navarro Ferrando
Secretario adjunto
Joaquín Sánchez García
Tesorera
Cristina Pascual Izquierdo
Contador
Raúl Córdoba Mascuñano
Vocales
María Teresa Molero Labarta Cristina Arbona Castaño Sara Alonso Álvarez Gemma Azaceta Reinares Marta Morado Arias
Elvira Mora Caterá Ramón Lecumberri Villamediana M.a Luz Amigo Lozano
Contacto:
Departamento de Comunicación
Aravaca, 12, 1.o B. 28040 Madrid
+34 91 319 58 16 [email protected]
3
             Queridos amigos,
Si se me pregunta sobre qué hemos aprendido de la pandemia de COVID-19, resulta muy difícil responder separando la faceta personal de la de presidente de la SEHH-FEHH, máxime cuando tengo que afrontar la respuesta tanto desde el punto de vista del médico que atiende pacientes con COVID-19 como del paciente que ha sufrido la enfermedad.
En primer lugar, esta enfermedad nos ha dejado a todos atónitos. Aunque ya en enero había datos preocupantes, pocos fueron capaces de predecir un ritmo de contagio y mortalidad tan elevado que provocaría la mayor sacudida que nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) ha sufrido nun- ca. Hospitales de altísima cualificación, con más de 1.000 camas, destinados casi en exclusiva a pacientes COVID-19, Unidades de Cuidados In-
Ramón García Sanz
Presidente de la SEHH-FEHH
tensivos (UCI) saturadas y ampliadas hasta en un 400% que no daban abasto para atender las indi- caciones de intubación, colapso en el sistema fu- nerario que no fue capaz de atender a todos los fallecimientos de forma adecuada, enormes difi- cultades para disponer de medios diagnósticos rápidos y suficientes o de medios de protección adecuados entre el personal en alto riesgo de contagio, etc. Todo nos ha sorprendido de forma negativa cuando pensábamos que teníamos el mejor sistema sanitario del mundo.
En segundo lugar, lo que esta crisis nos ha provo- cado ha sido miedo. Mucho miedo. Y lo digo re- cordando las noches de insomnio en la cama, mi- diendo mi número de respiraciones por minuto, la temperatura o la saturación de oxígeno, y la te- rrible sensación de indecisión de si acudía o no al hospital para que me vieran y me hicieran radio- grafía en base a la auscultación que me hacía mi
   



































































   1   2   3   4   5